10 enero 2008

El chavo, el chavo y dale con el chavo...

La segunda temporada de “El Chavo animado” comenzó a transmitirse por canal 5 de Televisa en horario vespertino. Ésta constará de 26 capítulos, tal como sucedió con la primera parte de la serie, todos retomados de los guiones propiedad de Roberto Gómez Bolaños, quien además porta la tarea de Productor Ejecutivo.

En esta nueva entrega de episodios los espectadores extrañaran, una vez más, historias originales, así como la aparición de la Chilindrina, quien ha sido sustituida en las situaciones cómicas casi enteramente por la Popis. El esfuerzo de la producción se ha concentrado exclusivamente en dar vida –mediante la animación por computadora- a las fantasías de los personajes y a aquellos efectos que en la versión original se presentaban creativamente con los escasos recursos tecnológicos de la época.

El reparto comprende tan sólo ocho talentos, encargados de imitar las voces de los actores que les dieron vida a los personajes hace ya más de 30 años. Entre ellos destaca Mario Castañeda (Goku-Dragonball Z) quien está encargado de interpretar a Ñoño y a Don Ramón.

La animación está conformada en dos planos, el primero es un CGI (Imagen por computadora) para los efectos de ambientación y el de los personajes, elaborado exclusivamente en Flash para, suponemos, ahorrar recursos.

Las personas que disfrutaban ver el programa en la década de los 70’s –es muy probable- no sólo sentirán decepción al no encontrar argumentos renovados o comedia fresca, también resolverán insoportable la versión animada por su ritmo pausado y forzada imitación de los libretos originales. La ausencia de risas grabadas, tal como sucedió con la época de decadencia del Chavo del Ocho, también castiga cruelmente la comicidad del programa, pues ésta no resulta tan lúcida cuando es secundada tan sólo por un redoble de sintetizador.

Ante las generaciones jóvenes, aparentemente El Chavo Animado se presenta como una caricatura diferente, divertida y finalmente graciosa por las escenas, antes imposibles, en las que se observa claramente al señor Barriga aplastar a Don Ramon hasta imprimirle el volumen de un papel o al Chavo volar gracias a unos globos de helio en lugar de los cortes bruscos y los característicos montajes con pantalla azul.

Ya que la serie animada no aporta novedad alguna a la historia o comedia del Chavo del Ocho, sino por el contrario, resta personajes, situaciones y méritos a la creatividad, es preferible, para todos aquellos nostálgicos que disfrutaron la primera emisión producida por Enrique Segoviano, continuar viendo incidentalmente las repeticiones casi diarias transmitidas por televisión abierta y de paga. Para la nueva camada de televidentes, en cambio, la versión animada puede resultar más atractiva visualmente, aunque esto no desclasificará, al Chavo animado, como un refrito de calidad mediocre.