La opinión pública es frágil, ingenua, infantil... siempre se deja llevar por espejitos y cosas brillantes. La conciencia colectiva, en cambio, golpea de improvisto, es causa y efecto de hechos, ideas y aspiraciones; nunca podría ser víctima de mentiras y engaños por que es ella misma la que está creando su realidad.
La opinión pública vive prisionera desde hace décadas, incluso siglos, su captora es la falacia: pseudoargumentos que ante el ojo poco crítico o despreocupado pasan por razonamientos lógicos. Como el polvo, las falacias caen poco a poco, casi imperceptibles, caen sobre la sociedad y su cultura, comienzan a opacarla, hasta que un día -cuando son demasiadas- las falacias adheridas sólo nos dejan ver un mancha negra en lugar del cristal traslúcido que originalmente nos fue otorgado.
La conciencia colectiva es más exclusiva (qué ironía), sólo hace presentaciones esporádicas, pero en todas ellas deja huella. Este fenómeno sucede cuando el sujeto (humano) encuentra innegable su relación con los significados que lo hacen un "ser" diferente al resto de los animales y, aunado a esto, lo transmite. El encuentro inevitable de este sentimiento es el gran impulsor de todas la revoluciones sociales.
Por el momento les dejo esto sólo para que reflexionen al respecto. También les dejo un fragmento en tres videos del documental "La Teletiranía" del Canal Seis de Julio. La parte sobre el asesinato de Paco Stanley ilustra muy bien la volatilidad de la opinión pública. Si gustan verlo completo lo pueden encontrar en www.youtube.com
Saludos. Nos leemos pronto.
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