En los hechos, México fue nombrado, por la organización defensora de la libertad de prensa, el país donde resulta más riesgoso ejercer el periodismo; sobre naciones infestadas de guerrillas y narcotraficantes: Es una forma clara de censura recibir de vez en cuando un balazo en la cabeza.
Crímenes como el asesinato a puñaladas del director editorial de EL Mañana, Roberto Mora, el acribillado director del semanario Zeta, Francisco Ortiz Franco, el del columnista que murió después de ser torturado, Francisco Arratia Saldierna y finalmente la incineración del editor de la revista Mundo Político, Leodegario Aguilera Lucas, son ejemplos de la sutileza con que se pretende tapar la verdad.
Sin embargo, no sólo la amenaza física acalla voces, también la censura llega a lo económico, a lo psicológico, a lo personal; incluso a lo cínico, en forma de misteriosas fallas técnicas. De una u otra forma se pretende reprimir lo que aclare la realidad, pues ni un partido político como el de
De qué logros se permite hablar México sin libertad de expresión, qué esperanza tienen los medios de comunicación independientes si los mismos representantes del congreso no consiguen hacer válida esta garantía constitucional. La censura en el país excluye a los mexicanos de vivir en una nación libre y democrática.
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