31 agosto 2008

Hamlet 2: ¿Qué no muren todos al final de la primera?

Es cierto, las segundas partes no son buenas (con sus debidas excepciones como El Padrino 2, El Imperio Contraataca y El Caballero Oscuro). Pero qué sucede cuando tomas una obra clásica de la dramaturgia, la descontextualizas por completo, le agregas contenido sexual explícito, la saturas con efectos especiales y segmentos musicales -sin mencionar una máquina del tiempo-. ¿En una sociedad como esta?, seguro será un éxito en taquilla.

Dana, es un profesor encargado del grupo de teatro en una escuela estadunidense y se ve obligado a escribir su opera prima ante la amenaza de ver desaparecida su asignatura, el único problema es que sus habilidades como escritor dramatúrgico son tan escasas, como su talento histriónico y sus capacidades docentes.


En su desesperación por escribir una obra revolucionaria, Dana recurre al viejo truco de las secuelas para así llamar la atención del público, sin embargo escoge para su experimento la tragedia antigua quizá más representada en un escenario: Hamlet.

Ante el cuestionamiento sobre la imposibilidad de una segunda parte para la obra de William Shakespeare, el autor explica brevemente que tiene sus métodos para continuar con la trama; es ahí cuando una inserción de video nos muestra a Hamlet, acompañado de Jesucristo, en una máquina del tiempo donde a continuación intercambian sus números de celular para no perder "contacto".

"Sí, es estúpido, pero también es teatro" le dice en otra escena Dana a uno de sus alumnos, a quienes pretende compartirles su auténtica devoción por las artes escénicas. El esfuerzo de este profesor/actor/escritor frustrado llega a proporciones masivas ante las protestas de la comunidad que reclama a la escuela la prohibición del musical, pues una de sus piezas se titula "Rock me sexy Jesus" (sexy Jesús, domíname). Esta batalla moralística trasendió más allá de la pantalla y en algunas ciudades de Estados Unidos, protestantes se han manifestado en contra de la proyección del filme utilizando el mismo argumento que aparece en la película: falta de respeto a la figura de Jesucristo.

El guión del filme, escrito y dirigido al estilo humorístico de la serie South Park, te hará reir por más de una hora si tomas con poca seriedad todo lo ocurrido en la pantalla, pues Hamlet 2 logra, con hilarantes resultados, ser una sátira cínica e irreverente del fundamentalismo religioso y también dramatúrgico (quienes consideran blasfemia crear una secuela a la obra de Shakespeare) que gira alrededor de una sociedad de mercado, para al final, muy escondida por debajo de ese humor irrespetuoso, dar una importante lección sobre la libertad de expresión y el apasionamiento por un arte.
Si tu humor está de antojo por algo de buen cine palomero y "tu estilo" es el sarcasmo y la sátira, Hamlet 2 es una de las propuestas más originales en comedia Hollywoodense (usualmente descepcionante) , esta película te hará reir sin descanso siempre y cuando no te tomes las cosas muy en serio.

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