27 marzo 2008

16. OPOSICIÓN OPUESTA O "THE PRD SNATCHERS"

Recuerdo de los Simpsons una escena de transición que en particular alguna vez me causó mucha gracia, en ella aparecían las escaleras del capitolio estadounidense donde acampaban unos 20 manifestantes. Sus pancartas tenían consignas poco comunes, se leía en láminas blancas con letras negras: “no hay quejas por el momento” y “todo está de maravilla”. La idea de una oposición 100% complacida, ubicada en su usual sitio de protesta tan sólo por costumbre, dispuesta a reconocer su prescindibilidad, me hizo carcajearme unos cinco minutos ininterrumpidos, pero a la vez, me recordó que la tendencia humana a la confrontación sólo desaparecerá cuando un virus extraterrestre de naturaleza vegetal y armónica, posea a todos los cuerpos del mundo y el amor de Nicole Kidman por su hijo y Daniel Craig, no interfiera con el plan del organismo interestelar para crear una civilización perfecta, simplemente excluyendo la figura del otro.

Por desgracia ya estamos muy grandecitos para esperar una milagrosa curación proveniente de las estrellas (no se lo digan a Mizada, podría destrozarla) y la versión adaptada por los hermanos Wachowski de The…de Body Snachters continuará siendo sólo fantasía pero sin Mickey Mouse. Es cierto, estamos destinados a vivir en conflicto y ni siquiera reenviar cadenas nos ayudará a cambiar el rumbo, aún así, eso no significa que no se pueda estar peor y la prueba está en México, donde la oposición se opone a sí misma justo cuando enfrenta el Waterloo de su existencia.

En la privatización de PEMEX, el PRD y el resto de la oposición mexicana no sólo se juega el voto de confianza proporcionado por sus electores, también los últimos cimientos aún en pie para la construcción de un auténtico Estado benefactor jamás consagrado en tierra mexica; primero por la voracidad y el añejamiento de la clase priista y segundo por la desesperada creencia de Acción Nacional consistente en desvalijar el barco antes de que éste se hunda.

En este acto, sólo hay perredistas en escena, ocupando cada uno de los papeles de la obra y lamentablemente destacan los antagonistas. Cuauhtemoc Cárdenas, en su papel de Darth Vader, pide la anulación de las elecciones de su partido debido a “irregularidades” que no encontró en los plebiscitos del 2006, debido seguramente a su apretada agenda que para esas fechas tenía programado decidir el color de confeti a utilizar en las fiestas del bicentenario. Con una oposición caníbal en el frente político, qué esperanzas le quedan a los mexicanos si no las desechar todos los procesos jurídicos y tomar las calles como última defensa para salvaguardar su patrimonio y el de sus hijos, tan mexicanos como el petróleo que yace bajo nuestro territorio.

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